Las bacterias los organismos más abundantes del planeta, dominando cada uno de los rincones del mundo que habitamos, desde las zonas más áridas a las selvas más frondosas, desde regiones más gélidas, a los rincones más abrasadores, desde las profundidades abisales a las capas de la atmósfera. Las bacterias son microorganismos unicelulares carentes de núcleo que presentan un tamaño de algunos milésimas de milímetro de largo (entre 0,5 y 5 µm) y diversas formas incluyendo esferas, barras y espirales. Se estima que hay en torno a 40 millones de células bacterianas en un gramo de tierra y 1.000 millones de células bacterianas en un litro de agua dulce.
Hay aproximadamente 10 veces más células bacterianas que células humanas en el cuerpo humano, lo que supone un 1 kg para una persona de 70 kg. Sólo en nuestro estómago hay en torno a 4.000 especies de bacterias. De ellas, una de cada mil es perjudicial, por lo que la flora digestiva nos protege mediante secreciones ácidas. Las bacterias patógenas que causan enfermedades infecciosas, como el cólera, la sífilis, el ántrax, la lepra, la tuberculosis y la peste bubónica, se destruyen mediante la utilización de los antibióticos, que inhiben la formación de su pared celular, similar a la de plantas u hongos. Su uso también se emplea extensamente en la agricultura y la ganadería, lo que ocasiona que se esté generalizando la resistencia de las bacterias a los antibióticos.
Nuestra piel cuenta con 1 millón de bacterias, que nos protegen de las “malas” bacterias por exclusión competitiva, al no permitirles que la superficie sea colonizada. Por ello, un exceso de higiene, sobre todo con jabones antibacteriales, provoca la invasión de los gérmenes y la debilitación del sistema inmunológico. En la India existe una serie de productos higiénicos probióticos, realizados a bases de excrementos de vaca, que sirven para aumentar la protección natural. Han sido desarrollados basándose en la cosumbre ancestral de frotarse heces como forma de protección dermatológica. A su vez, diversas investigaciones están utilizando los lodos, con los que se restregaban tribus africanas, debido a la activación que provocan en el sistema inmunológico y que las protegieron de la lepra. Esto supondría la sustitución de los antibióticos, que en su misión causan la muerte de todo tipo bacterias, malas y buenas.
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